viernes, 7 de julio de 2017

CAMBIEMOS EL MUNDO





Mi corazón hoy esta igual que el día , lluvioso y con tormenta, una tormenta que crece por momentos, de rabia e impotencia ante el mundo en el que vivo.

A pesar de que los años y la cabeza me dicen que es hora de ceder el testigo y dedicarme a la vida contemplativa, mi corazón es incapaz de hacerles caso.

Por el contrario, solo me siento viva si se denuncia, si se señala y si se persigue a todo tipo de delincuentes, maltratadores, corruptos y gente con pocos escrúpulos.

En el grupo de los maltratadores tenemos a los jueces y a los fiscales.

¡¡ Me dan ganas de llorar al pensarlo!!

Hablé con un abogado que tiene muchos años en la profesión y era doloroso oírle.

¿Existe la justicia?

-Pues no, me dijo.



Todas las personas  somos iguales hasta que nacemos, ahí dejamos de serlo.

Lo primero es ver en que continente naces si en África o en Europa.

Después hay que ver de que color eres si blanco o negro.

Luego veremos si eres hembra o macho.

Mas tarde comprobaremos la capacidad, a ver si eres “normal” o tienes “capacidades diferentes”.

Cada una de estas “marcas” te van sumiendo en una discriminación mas.

Y luego esta esa tan dolorosa que es la de la justicia.

Hablemos de las victimas que llegan de la mano de  los abogados de oficio.

Ya llegan con “una marca” son mujeres, victimas y presumiblemente pobres.

La justicia es aquello en lo que confías, los que cuando estas en peligro velaran por ti, y te defenderán de “los malos”.

Contaba mi amigo, lo mal que se trata a las victimas en los juzgados de violencia sobre la mujer.

Toda la campaña de concienciación para que denuncien, o lo que ha mejorado la policía en este sentido, se queda en nada cuando se llega al juzgado.

Hay jueces y juezas que las tratan como si fueran criminales, sin respeto, ni conciencia.



En la mayoría de los casos, ni les dan los buenos días a los letrados, son demasiado importantes los jueces, las juezas o las y los  fiscales para tomarse esa pequeña molestia.

A la víctima “casi se le acosa”, o se le chilla o se ponen esos ojos de mirar al cielo que dicen “estoy perdiendo la paciencia”.

 Las mujeres llegan en malas condiciones, confusas, con una tela de araña en la cabeza de aguantar el dolor de un año o de 10 o de 20 años.

Si la policía y el abogado y el parte de lesiones consideran que hay que tener una orden de alejamiento del maltratador la dan solo a 2 de cada 10…

¡¡ Prefieren arriesgarse a no darla, porque es más cómodo y lleva menos jaleo!!

Nuestros jueces y fiscales como “mote simpático” le llaman “EL JUZGADO DE LAS LOCAS”.

Muchas de las mujeres que denuncian salen de allí i dicen ¿para que he denunciado?
Tenemos un sistema que contempla muchas leyes muy buenas contra los malos tratos, contra la violencia, contra la desigualdad…pero a la que no dan cumplimiento ni los que la juzgan, ni los que las hacen.

Seguramente mucha gente le parecerá inverosímil lo que estoy contando.

 Siempre se puede ir a los juzgados a ver un juicio que sea a puerta abierta, es decir que permitan entrar al público, que no siempre sucede.


En Madrid están en  Manuel Tovar, 6


Si piensas ir , no digas nunca que eres psicólogo, o abogado, o periodista o agente de igualdad, o asuntos sociales, porque entonces interpretaran una obra de teatro.

Habría que denunciar a  toda esta gente que no esta preparada ni sensibilizada con el dolor, habría que reciclarlos y mandarlos a casa o bien, a juzgar el robo de una bicicleta, pero no deberían estar infringiendo dolor a unas mujeres que llegan rotas, a veces con hijas maltratadas o violadas.

Debería haber un seguimiento de cómo se nos trata, supongo que por medio del instituto de la mujer, de asuntos sociales , de agentes de igualdad que pudiesen entrar en el juicio con las victimas y pudiesen denunciar lo que sucede.

Porque se nos olvida que los jueces y los fiscales están a nuestro servicio y que no son dioses.

En este país, a todos nos gusta salir en la foto, pero luego no nos gusta pelear para cambiar el mundo.

¡¡ Pero hay que hacerlo!!



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